En la colaboración anterior me permití plantear algunas alterativas para mejorar las finanzas estatales que el autócrata que nos desgobernó dejó en la bancarrota; y el caos y la anarquía en que dejó todas las dependencias del Ejecutivo.
Complementando mi última columna, es necesario destacar que para determinar con claridad, y precisión la situación en que quedaron las finanzas estatales, en especial la deuda pública del estado, es muy recomendable, casi indispensable la realización de una auditoría externa que permita, en primer término, determinar la deuda pública con la banca privada y oficial de manera exacta, así como las condiciones, plazos, y tasas de cada uno de los diferentes créditos contraídos por la administración, y los demás adeudos o pasivos por los diferentes conceptos, tales como aportaciones al Fondo de Pensiones de los Trabajadores al Servicio del Estado, que incluye, burocracia y magisterio estatal, sabemos que dicho fondo, del que dependen las pensiones y jubilaciones de los trabajadores y maestros estatales, incluyendo los trabajadores de confianza, se encuentra desfalcado por mucho más de cien millones de pesos, por lo que está en riesgo el retiro decoroso de los trabajadores y maestros del estado, también sabemos que el fondo de los maestros es el más desfalcado por los desvíos de recursos y la falta de aportaciones de la parte correspondiente al gobierno estatal, lo cual puede tener al fondo en comento a punto de la insuficiencia por no capitalizarlo adecuadamente y de acuerdo con un cálculo actuarial que debe efectuarse anualmente para darle certidumbre y viabilidad.
También existen otros adeudos millonarios, como por ejemplo; el pago del impuesto del 12 por ciento a la UAN, pagos a proveedores, contratistas y prestadores de servicios, que probablemente no han sido adecuadamente registrados, ni reportados a la nueva administración, y que sin duda ascienden a muchos millones de pesos. Por todo lo anterior, y para saber qué se hizo con los más de 5 mil millones de pesos que pidió prestados el gobierno del SEXENIO DE LA MUERTE, resulta indispensable la realización de una auditoría externa contratada por el nuevo gobierno para su propia tranquilidad y certidumbre financiera.
Quizá nuestros escasos y sufridos lectores se preguntarán; ¿Qué acaso no es ésa la función del Órgano de Fiscalización Superior?; la respuesta es afirmativa, pero sólo en teoría; la realidad es que ese organismo depende del congreso del estado, y su director también lo impuso Ney; como el Congreso también está controlado desde el pasado sexenio, y todavía en la actual legislatura por los diputados tricolores y sus satélites del PVEM y del PANAL; todos impuestos por el ex – cacique que nos desgobernó, quienes fieles a su patrón Ney, encubrirán todos sus fraudes y desvíos, y jamás podrán autorizar una revisión imparcial y objetiva de las cuentas del gobierno anterior.
Ojalá Roberto Sandoval tenga plena conciencia de esta situación y obre en consecuencia; todos los ciudadanos deseamos que se transparenten las finanzas que en todo el anterior sexenio se caracterizaron por su opacidad y por el saqueo desenfrenado e impune de los recursos del pueblo. El pueblo tiene derecho a saber la verdad.
Sin duda Roberto Sandoval ganaría la confianza de la gente si dá a conocer la verdadera situación en que recibió las finanzas del estado, para que se deslinde de los malos manejos, el lastre y la corrupción que fueron las características del gobierno anterior.
Por último nos solidarizamos con la viril postura del amigo Jorge González al defender su derecho irrestricto a la libre expresión, sobre todo por tratarse de un ciudadano con gran valor civil y no merece ninguna sanción por parte del IFE o ninguna otra autoridad.
¿Usted qué opina, amable lector?
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