Realmente resulta
decepcionante para los mexicanos el papel que vienen desempeñando los legisladores federales de todos los partidos; todo hacen menos
legislar para beneficio de los ciudadanos,
sólo tienen interés en defender o aumentar los cotos de poder de sus
respectivas mafias: las cúpulas de sus partidos, en particular los
tricolores no han querido aprobar ni siquiera la reforma política propuesta por el senador Manlio Fabio
Beltrones, los diputados priistas en
particular, obedeciendo a su candidato y casi seguro presidente de la república Enrique Peña Nieto se opusieron
a la reforma y modificaron la minuta aprobada por el senado cerrándole el paso
o evitando la reelección inmediata, la revocación de mandato y la eliminación de los parásitos legisladores plurinominales, y hasta su
disminución o reducción, pues existen 64
senadores de regalo; 32 de primera minoría y otros tantos plurinominales, es decir, que no ganan con
votos sino por influencias de las cúpulas
de los partidos nacionales, sólo son 64 por elección directa
y la otra mitad de gorra o sabrá
Dios por qué méritos, pero todos nos cuestan más de 300 mil pesos al mes y
aproximadamente un total de 6500 millones
de pesos anuales incluyendo todos sus gastos y parafernalia; los
diputados, de 500 en total, 300 llegan con el voto ciudadano y doscientos son de regalo, que son
los parásitos o lacras plurinominales, todos perciben más de 250 mil pesos al
mes y nos cuestan cerca de 9 mil millones de pesos anuales en total; el cascarón
llamado IFE nos cuesta casi 16 mil millones de pesos anuales y sus consejeros
ganan más de 350 mil peos mensuales, lo cual resulta criminal, y lo peor es que
son simples apéndices de los partidos
políticos y no han siquiera
completado el número de consejeros que
deben tener, les faltan todavía
tres desde hace casi un año
porque los partidos políticos no se han
puesto de acuerdo en la forma de repartirse ese botín.
La misma suerte de la
reforma política han corrido, gracias a los legisladores federales, sobre todo
los diputados tricolores, la cacareada Ley de Seguridad Nacional, la Reforma
Fiscal, la Ley Contra el Lavado de Dinero, la Ley de Asociaciones Entre Entidades Públicas y Privadas, etc.
Todo lo anterior ha hecho
que a los ciudadanos en su mayoría no les interese o se sientan
insatisfechos con nuestra supuesta forma democrática de gobierno; los resultados de la última encuesta “LATINOBAROMETRO”, que
se realiza en 18 países latinoamericanos nos dice que el 73 por ciento de los mexicanos
no están satisfechos con nuestra
democracia, sólo un 23 por ciento está conforme, es decir, se percibe
un rechazo en tres de cada cuatro
mexicanos, aunque el promedio de insatisfacción en toda la región, es del 57 por ciento, pero México es el país
con el porcentaje más alto.
También hay que destacar que
nuestro país también encabeza, junto con Guatemala la lista de países en los
que les dá lo mismo la democracia que un régimen autoritario, o pocos perciben
que la democracia sea la mejor forma de gobierno como alguna vez lo dijo Winston Churchill.
Nuestra democracia, por
cierto bastante incipiente, nacida prácticamente en 1997, cuando el presidente de la república perdió sus poderes absolutos o
metaconstitucionales al perder el partido tricolor su mayoría en la cámara de diputados, ha podido avanzar muy poco en
los hechos; en realidad, a partir de entonces los presupuestos de México para
sostener su maquinaria burocrática y política, incluyendo sus elecciones no tienen comparación con ningún país del mundo en su cuantía ni en sus resultados,
SON LOS MAS ALTOS DEL MUNDO, con los sueldos y percepciones de los funcionarios y políticos más elevados
del mundo, más que Estados Unidos, Suecia e Inglaterra, todo esto resulta
criminal y genera el desánimo de la
sociedad.
También influyen en la
desconfianza y decepción de los mexicanos, la corrupción, y el absolutismo de
los gobernadores, auténticos reyezuelos
que se han repartido el poder que tenía
la presidencia imperial, generándose verdaderos señores feudales o
sátrapas que se llevan el 45 por ciento del presupuesto federal, lo
ejercen sin transparencia ni contrapesos, no rinden cuentas
a nadie y controlan a sus congresos
y a sus poderes judiciales
respectivos, con muy honrosas excepciones, si es que existen.
Lo anterior hace que nazcan,
crezcan y se reproduzcan engendros como
Ney M. González en Nayarit, Humberto
Moreira en Coahuila, Ulises Ruiz en Oaxaca, Mario Marín en Puebla, Fidel
Herrera en Veracruz, etc, donde como en casi
todas las entidades gobernadas
por los tricolores, imponen títeres en
los congresos locales y en todas las instancias
del estado, tampoco los gobernadores Panistas como Estrada Cajigal en
Morelos o los Perredistas como Leonel Godoy en Michoacan escapan al fenómeno de la corrupción.
Felicitamos desde esta
columna a la Sra. Gicela Villa por su acertado nombramiento como directora de
Comunicación Social del Gobierno del Estado.
Para terminar, nos unimos al
pesar que embarga a todos los católicos
de Nayarit y nos sumamos a las oraciones por el eterno descanso del Sr. Obispo de Tepic, Don Ricardo Watti Urquidi, quien falleció el
pasado día 1º de noviembre, y que durante su breve gestión como Obispo
de poco más de tres años, dió amplias muestras de su intención de darle a la Iglesia
Católica un carácter misionero y pastoral de gran alcance; además de haber sido
una persona amable, sensible, muy humano y entregado por completo a su misión.
¡Descanse en Paz!
¿Usted qué opina, amable
lector?