Ante la
inminencia del reconocimiento de la legalidad de las elecciones del pasado 1º
de julio el próximo 31 de agosto,y la declaración de Enrique Peña Nieto como
Presidente Electo a más tardar el próximo día 6 de septiembre, es pertinente
hacer algunas consideraciones relacionadas con nuestro futuro económico, a
nivel nacional, y consecuentemente, a nivel estatal.
En
principio, el gobierno del aún presidente Felipe Calderón, dejará, al parecer,
finanzas sanas, con reservas del orden de los 170 mil millones de dólares que
apoyan la macroeconomía contra alguna crisis que venga del extranjero, derivada
de la situación difícil de algunas naciones europeas como España, Grecia,
Portugal, etc., que podría generar un efecto de rebote negativo para Mexico, o
bien, algún evento que reduzca aun más el crecimiento económico de los Estados
Unidos, que ronda el 1.6 por ciento para 2012, lo cual nos podría afectar
severamente puesto que nuestro comercio exterior se realiza en un 80 por ciento
con este país.
Actualmente
nuestro México tiene una expectativa de crecimiento de cerca del 4 por ciento
para el 2012 y una inflación esperada muy similar, salvo lo que ocurra en estos
meses derivados de los aumentos en el precio del huevo y los demás alimentos de
la canasta básica, que amenazan con dispararse muy por arriba de lo proyectado
por el Banco de Mexico, pese a lo anterior, nuestra proyección y crecimiento
del último año nos coloca muy por encima de todos los países latinoamericanos,
incluyendo a Brasil, cuya economía tiene un crecimiento de apenas 2 por ciento
anual.
Por otra
parte, existen en nuestro país algunas inconsistencias en el comportamiento de
la Inversión Extranjera Directa, es decir la que se hace en determinadas empresas
transnacionales para ampliar su capacidad instalada y la generación de empleos;
esta inversión registró el primer semestre una caída del 18.6 por ciento en
comparación con el mismo período el 2011, al registrar para el 2012 un monto de
sólo 9,622 millones de dólares, para quedar al nivel que tenía en el primer
semestre del 2004.
Lo malo de
esto es que durante el primer semestre del 2012, se reportó una salida de capitales
mexicanos, por 11,499 millones de dólares, más del doble que el primer semestre
del 2011, (112 por ciento más).
Contrastando
con lo anterior podemos observar que entraron en este primer semestre al país
capitales especulativos o volátiles a los mercados de dinero y de valores
accionarios por 32,849 millones de dólares, que son desde luego recursos
golondrinos que van por las altas tasas de interés que se pagan en México.
Esperemos
que estas señales cruzadas no sean el anuncio de otra crisis, pues también hay
que señalar que según datos del Banco de Mexico, residentes del país enviaron a
bancos extranjeros 17,177 millones de dólares en el segundo trimestre de este
año, que ha sido el monto máximo de retiros desde que existen registros
disponibles, en 1980; cantidad que es parecida a la totalidad de los recursos
por remesas que envían nuestros paisanos de los Estados Unidos en todo un año,
y que es la segunda fuente de divisas para el país, sólo superada por las
exportaciones petroleras.
Lo anterior
significa que los mexicanos más ricos no tienen mucha confianza en el nuevo
gobierno que encabezará Peña Nieto, lo cual no es muy buen augurio.
Nosotros
deseamos y esperamos, por el bien de México, que le vaya bien al nuevo
gobierno, pues solo así podremos todos los que no somos ricos, tener
posibilidades de progreso y desarrollo que mucha falta nos hace, sin embargo,
la mayoría de los mexicanos no estamos convencidos de las bondades y ventajas
del nuevo gobierno, pero hay que darle el beneficio de la duda; ojalá nos
equivoquemos y sea mucho mejor que todos los anteriores, por lo menos que
mejore la seguridad y sea más honesto y eficiente que los anteriores, azules y
tricolores por igual.
Creemos que
la sociedad necesita recuperar la confianza que ha perdido en los políticos de
todos niveles, su escandalosa reputación, la impunidad y el cínico
enriquecimiento de la gran mayoría de políticos y altos funcionarios, como Ney
M. González, Humberto Moreira, Fidel Herrera Beltrán y otros engendros de esa
ralea, generan la repulsa del pueblo y la desconfianza en sus
instituciones, pues no es justo que 50
millones de mexicanos estén en pobreza y los integrantes de nuestra clase
política, de todos colores, vivan como jeques árabes y hasta sin pagar
impuestos.
Llegará
Peña Nieto a la presidencia con cientos de compromisos en infraestructura, obra
social y reformas trascendentes, no sabemos de donde saldrán los recursos
suficientes para todas la obras y servicios comprometidos, y cómo se ejecutarán
y proporcionarán esas magnas obras y servicios, porque si los encargados de sacar
a México del subdesarrollo y la pobreza son los mismos políticos, como Salinas
y otros corruptos dinosaurios, no deberíamos tener grandes esperanzas.
En fin, hay
que esperar que a Nayarit le transfieran muchos miles de millones adicionales a
su presupuesto para que pueda salir de la crisis financiera en que lo hundió el ex Gobernador anterior Ney M. González, y
que se atreva el nuevo gobernador, Roberto Sandoval, a castigar el saqueo
desenfrenado que hizo su antecesor de los recursos de los nayaritas.
También es
necesario que el Gobernador Roberto Sandoval ponga más atención a la
administración de los recursos financieros de su gobierno, pues no se aprecia
mucha capacidad ni eficiencia en esa función, como ya lo hemos señalado, pues
la deuda sigue creciendo y los intereses respectivos aumentando.
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