Los priístas y su delfín Enrique Peña Nieto han armado un gran mitote nacional recriminando al PAN su incumplimiento al compromiso firmado el año pasado por Beatriz Paredes y Cesar Nava, en virtud del cual, los azules se comprometían a no hacer alianza con el PRD específicamente en el Estado de México, hasta ahora feudo propiedad del actor de Televisa Enrique Peña Nieto, nacido del pánico que tiene este galán televisivo de perder las elecciones en su estado el año próximo (2011) ante una fuerte alianza entre azules y amarillos, con lo cual quedarían prácticamente sepultados sus sueños de ser presidente en el 2012, a pesar de haber gastado en promoción personal más de 3500 millones de pesos (de nuestros impuestos) en los primeros 4 años de su oropelesco gobierno, es decir, de un gobernador muy parecido a nuestro señor feudal, toda proporción guardada.
La cúpula tricolor y su delfín, atemorizados porque finalmente el PAN y el PRD tomaron conciencia de que solos serían arrasados por el PRI; en consecuencia, decidieron aliarse en varios estados de la república, tales como Oaxaca, Durango, Hidalgo y Puebla, entre otros que también podrán seguir la misma receta, como podría ser Sinaloa para tener posibilidades de terminar con la hegemonía priísta y los cacicazgos en esas entidades.
Aunque las razones de las alianzas no tengan como fundamento principios, ni bienestar o desarrollo económico y social de las entidades aliadas; se abre la posibilidad de gobiernos más plurales y democráticos, con mayor participación de la sociedad civil en virtud del descrédito de la política, de los políticos y de los partidos.
Así pues, los azules cometieron el error de firmar un acuerdo que únicamente los obliga a ellos a no celebrar alianzas en el Estado de México, este compromiso se hizo por escrito. Por contra, los tricolores, tramposos como son, se comprometieron sólo verbalmente a aprobar en el senado la Ley de Ingresos que ya habían aprobado los diputados con los aumentos del ISR al 30 por ciento y del IVA al 16 por ciento (11 por ciento en la zona fronteriza), sin embargo, como este compromiso fué verbal, los senadores tricolores se rajaron como acostumbran y no aprobaron en el senado la citada Ley, sino que se abstuvieron o se salieron de la sesión respectiva el día de la aprobación, incumpliendo también los tricolores el acuerdo de marras, pero mañosos como son, solamente acusaron de rajones a los azules en virtud de que no existía ningún documento firmado que obligara al PRI a votar a favor del alza de impuestos; sin embargo, el teatro se les cayó cuando el propio coordinador de los diputados priístas, Carlos Rojas, declaró la existencia de ese compromiso el pasado 16 de febrero a la prensa nacional; de manera que ambos partidos se portaron como auténticos mentirosos, al igual que todos los partidos en México, por eso la gente no confía en ninguno.
No obstante lo anterior, qué bueno que se construyan muchas alianzas vencedoras y exitosas, para poder evitar otra dictadura tricolor que dure 72 años o un nuevo “Ogro Filantrópico” , como llamó Octavio Paz al estado (gobierno priísta) que no construye ciudadanos sino perpetúa clientelas, como bien dice Denisse Dresser; “millones de mexicanos educados para vivir con la mano extendida, parados en la cola, esperando la próxima dadiva del próximo político”; tal como ocurre en Nayarit con los programas electoreros disfrazados de asistencia social como ROSA, pasa la bolita, los cinitos, tu mandado barato, las despensas para los viejitos y todas esas formas que los demagogos del PRI manejan para inducir el voto de los mexicanos más pobres e ignorantes, en lugar de cumplir con las funciones de todo gobierno, que son: promover el desarrollo, la educación de calidad, la salud y el empleo digno, dentro de un marco de justicia y seguridad.
Los gobiernos tricolores nunca han buscado dignificar y mejorar el nivel de vida de los mexicanos, prefieren mantenerlos en la pobreza y la ignorancia para ser manejados a su antojo por políticos ambiciosos y corruptos como los que padecemos en gubernaturas, alcaldías y todo tipo de puestos políticos.
Sin duda, esta situación sólo podrá cambiar cuando los ciudadanos sin partido dejemos a un lado la apatía y el valemadrismo, participemos en la política exigiendo honestidad y transparencia a los parásitos de la clase política, y podamos tener acceso al poder con candidatos independientes, desapareciendo las rémoras plurinominales, reduciendo el número de legisladores y fortaleciendo la transparencia y rendición de cuentas en todos los niveles de gobierno, obligando particularmente a los sátrapas que fungen como gobernadores y alcaldes que se comportan como auténticos caciques o encomenderos.
Ojalá que en Nayarit se construya pronto una gran alianza, electoral y de gobierno PAN- PRD-Sociedad Civil; plural y con una clara visión de largo plazo que le permita a nuestro sufrido y atraso estado avizorar un futuro con desarrollo, justicia, seguridad y empleo digno para todos.
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