De nueva
cuenta está el Tricolor en la
Presidencia de la República con Enrique Peña Nieto a la cabeza como huésped de los Pinos.
Con motivo
del cambio de gobierno y la nueva alternancia se han hecho muchas
especulaciones respecto al nuevo gobierno, algunas optimistas y otras no tanto.
Nosotros
preferimos no echar las campanas al vuelo, no hay muchos indicadores que nos
hagan sentir muy optimistas, sin embargo Peña Nieto merece, como cualquier
gobernante que inicia, el beneficio de la duda, lógicamente deseamos que le
vaya bien a su gobierno, pero sobre todo a los mexicanos, con más desarrollo económico
y empleo, mayor seguridad, mejor salud y educación, con verdadero respeto al
Estado de Derecho, más honestidad, transparencia y rendición de cuentas en los
gobiernos, pero sobre todo, con menos corrupción e impunidad en todos sus
niveles ; Federal, Estatal y Municipal.
El nuevo
gabinete de Peña Nieto tiene algunos dinosaurios como Miguel Ángel Osorio Chong
en Gobernación, Jesús Murillo Karam en la Procuraduría, Emilio Chuayfett en
Educación y Pedro Joaquín Coldwell en Energía, que son personalidades no del
todo gratas para los mexicanos y forman parte del arcón de los recuerdos del
viejo PRI, es decir, que
difícilmente pueden ofrecer perspectivas de un avance social o democrático, sin
embargo, habrá que ver como desarrollan su función en los hechos.
Por la
parte de la Economía y las Finanzas, la presencia de un hombre capaz y
preparado como Luis Videgaray, hecho bajo los auspicios de maestros como Pedro
Aspe Armella y escuelas como el ITAM y el MIT(Instituto Tecno lógico de
Massachussets), es garantía de que el modelo neoliberal seguirá aplicándose sin
cambios en nuestro país, es decir con mucha estabilidad MACROECÓMICA y con poco
crecimiento de la economía, entre 3 y 3.5 por ciento anual en promedio, con el
cual se nos antoja muy difícil aumentar el empleo y disminuír la pobreza, ambas
asignaturas reprobadas por el régimen Calderonista y de hecho en los últimos 30
años de neoliberalismo, es decir, las últimas 5 administraciones, desde Miguel
de la Madrid hasta Calderón, en las cuales se ha observado poco crecimiento
económico y aumento del desempleo y la pobreza, dentro de un sistema económico
muy similar hasta la fecha.
Así pues,
con Calderón reprobamos también en
crecimiento económico, ya que entre 2006 y 2012, México registró la
menor tasa de crecimiento de América Latina, según el Fondo Monetario
Internacional; en ese período el PIB por habitante medido en dólares con
paridad de poder de compra, creció en sólo 14.4 por ciento es decir en 2.4 por
ciento anual, casi con la mitad del promedio de América Latina.
De lo
anterior se desprende que es muy probable que siga la estabilidad económica a
nivel macro, pero con creciente pobreza y poco crecimiento del empleo, sin duda
Luis Videgaray será un buen Capitán del Barco llamado Hacienda, seguramente continuará aplicando el modelo económico neoliberal
actual impuesto y manipulado por organismos internacionales como el FMI y la
OCDE, bajo la lupa de los Estados Unidos.
Sin duda
Videgaray integrará su equipo cercano
con tecnócratas de altos vuelos que tratarán de fortalecer la Hacienda Pública
Federal con mayores impuestos a la población, para que el gobierno pueda
cumplir medianamente con sus proyectos y programas sociales, que deberán ir en
aumento en la medida que los ciudadanos se vayan empobreciendo a consecuencia
del modelo económico.
Resumiendo,
habrá fortaleza financiera del gobierno y pobreza creciente del pueblo en
general, con excepción desde luego de los políticos y funcionarios, así como de
los empresarios que hagan negocios con ellos, como es la moda en todo México,
sin excluír nuestro querido Nayarit.
Por lo que
respecta a nuestro querido y atrasado
estado, no hay que esperar muchos cambios, ojalá que lleguen muchos apoyos
federales en obra pública e infraestructura y que se apliquen las recientes
reformas en materia de Contabilidad Gubernamental y de Transparencia y Acceso a
la Información en nuestra entidad, en la cual estos conceptos son letra muerta,
bien sea por la ignorancia, la ineptitud, la indolencia o mala fé de los
principales funcionarios (Subsecretarios
sobre todo) de la Secretaría de Finanzas y Administración, amantes de
las verdades a medias, del ocultamiento y de la opacidad en la información que
debieran rendir tanto al Gobernador Roberto Sandoval y al amigo Gerardo Siller,
como a la sociedad nayarita en su conjunto.
Esperamos
en verdad que Peña Nieto quiera combatir la impunidad y la corrupción en los
gobiernos estatales y municipales, así como
evitar el endeudamiento excesivo y el saqueo de quienes encabezan esos
niveles de gobierno, que en realidad haga que funcionen la Auditoría Superior
de la Federación y la nueva Comisión Anticorrupción, para que los gobernantes
dejen de ser monarcas absolutos, dueños de vidas y haciendas, que sean fiscalizados
en sus acciones como gobernantes, y que sean sancionados si disponen para su
beneficio personal de los dineros del pueblo o lo endeudan más sin plena
justificación, como ha estado ocurriendo en Nayarit desde la administración
anterior hasta la fecha.
Será una
medida saludable a este respecto que Peña Nieto promoviera acciones legales y
resarcitorias contra los ex gobernadores
como Ney M. González, Humberto Moreira, Mario Marín, Leonel Godoy y demás
ladrones que hipotecaron el futuro de sus entidades y andan cínicamente
disfrutando de los miles de millones que robaron, de esta manera se echaría el
pueblo a la bolsa y legitimaría aún más su gobierno.
Ya sabemos
que lo anterior es casi un sueño imposible en un país como el nuestro, con
gobiernos, estatales sobre todo, caracterizados por su corrupción e impunidad,
sin embargo, nos gustaría ver eso; Peña Nieto tiene la última palabra.
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