INSEGURIDAD Y ANARQUIA

Los empleados de virrey en el Congreso Local que cobran como diputados, con honrosas excepciones, si es que las hay, se rasgan las vestiduras para evitar que el cacique comparezca ante el poder legislativo (con minúsculas) a explicar las razones para el aumento de la violencia causada por el crimen organizado en Nayarit, en donde tan sólo en este año ya van más de 50 víctimas entre culpables e inocentes, pero que nunca sabremos a ciencia cierta, debido a la falta de información fidedigna por parte de las autoridades estatales, que en lugar de informar oportunamente, se dedican a ocultar la verdad de los hechos de violencia, tanto a nivel estatal como nacional, lo que les preocupa es sólo la imagen muy deteriorada por cierto, del virrey, y les importa un cacahuate la sociedad a la que deben proteger e informar y a la que deben sus elevados ingresos y prerrogativas.

El cacique y sus testaferros del congreso local deben entender que los ciudadanos estamos profundamente preocupados por la inseguridad y la violencia cotidiana que amenaza a todas las familias nayaritas.

Sabemos que las fuerzas de seguridad estatal y municipal sólo han sido espectadoras de los hechos violentos y no han participado en los operativos que han implementado las fuerzas federales, AFI, Ejército, y Marina, debido a que no son confiables; por lo que el pueblo está aún más atemorizado.

Por todo esto, la ciudadanía, en defecto de los diputados, tiene derecho a exigir a su gobernante que explique cuáles serán las estrategias, coordinadas o no, para combatir el crimen organizado, si es que existen; de qué manera garantizará la seguridad de los Nayaritas porque ésa es precisamente su principal obligación como gobernador. ¿Cómo le hará el virrey para garantizar el principal derecho humano, que es el derecho a la vida de los ciudadanos?. El hecho de que se hayan introducido y disparado los malandrines en el local de la Procuraduría General de Justicia es muy mala señal.

La seguridad de todos los Nayaritas es obligación del estado exclusivamente, en este caso, de las autoridades estatales, no se vale escurrir el bulto y ofrecer recompensas por la captura de los delincuentes, si las autoridades bien saben en dónde se esconden y hasta dónde se reúnen; si a decir del virrey se juntan en el restaurante El Marlín; ¿por qué no los detienen?.

No es obligación de los ciudadanos capturar ni enfrentar a los delincuentes, eso corresponde a las autoridades y fuerzas de seguridad, aunque al parecer eso no es posible en Nayarit.

Las funciones de un gobernante de verdad van más allá de la inauguración y realización de festivales, de la promoción turística de la Riviera Nayarit, o de los viajes faraónicos al extranjero, esto es fácil y cualquiera lo puede hacer, pues no hay persona que no le guste disfrutar de las cosas buenas de la vida, y más aún si son de gorra con cargo a los impuestos.

El combate al crimen es hoy por hoy una tarea fundamental de los gobiernos, federal y estatal en todos sus aspectos, en Nayarit no se vé ninguna estrategia de seguridad implementada por las autoridades estatales, todo lo hacen las fuerzas federales, a pesar de los presupuestos millonarios que autoriza la federación para que sean ejercidos por la Procuraduría Estatal de Justicia y el Consejo Estatal de Seguridad, que son de cerca de 200 millones para 2010.

Por otra parte resultan realmente infantiles las declaraciones de un diputado del PANAL al servicio del gobernador, que por ignorancia o por subordinación señala que en la solución de los hechos de violencia deben estar presidentes municipales, diputados locales y Sociedad Civil; decepcionantes declaraciones de este joven diputado, necesita estudiar algo de la Teoría del Estado; de ella se desprende que la principal función del Estado (autoridad) es garantizar la seguridad de los ciudadanos o gobernados; esta seguridad se cubre con los elevadísimos impuestos que pagamos en Nayarit y en México, de donde a su vez se pagan los excesivos sueldos y privilegios de los gobernantes, legisladores, políticos y funcionarios mediocres.

De lo anterior se desprende que los ciudadanos no tenemos ninguna obligación de dar seguridad ni de delatar, menos aún dentro de un marco de corrupción generalizado de las fuerzas de seguridad estatales.

¿Desean acaso el virrey y sus diputados que los ciudadanos se armen y hagan justicia por propia mano ante su evidente ineficiencia para garantizar la paz y seguridad de los Nayaritas?

La anarquía e inseguridad existentes en el estado nos llevan a los ciudadanos a recurrir a modernos instrumentos sociales de organización como la creación de un Observatorio Ciudadano, como bien señala el amigo maestro Juan Manuel Estarrón; para monitorear el funcionamiento del gobierno y de sus funcionarios, y exigirles que informen a la sociedad, y enfrenten de cara a ella su responsabilidad en el asunto de la inseguridad, en virtud de que tenemos por un lado un gobierno autista y por el otro, diputados locales irresponsables, con honrosas excepciones, si es que existen, sin valor para pedirle al virrey que informe sobre la violencia generalizada, lo cual es, al final de cuentas su obligación, puesto que la seguridad es una de las funciones del ejecutivo

Sin embargo, Nayarit es el mundo del revés, aquí no pasa nada, todo está bien, vivimos con paz y progreso.

¿Usted qué opina, amable lector?

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