LA RIVIERA NAYARIT; ¿MEGAFRAUDE O PROMOCIÓN TURÍSTICA?

Nuevamente nos referiremos a este tema tan publicitado por nuestro señor feudal, pero tan turbiamente manejado por lo que toca a los millonarios recursos públicos estatales que se han invertido particularmente en las playas comprendidas en la parte costera del municipio de Bahía de Banderas, que han sido vendidas a grandes inversionistas, sobre todo extranjeros por conducto del Fideicomiso Bahía de Banderas, dependiente del gobierno Estado de Nayarit, en muchos casos a precios muy bajos, algunas veces para que los compradores los engorden y los vendan hasta en más de mil dólares el metro cuadrado, sin embargo, los ejidatarios expropiados y supuestos fideicomisarios de este fideicomiso, en la mayor parte de los casos siguen en la pobreza, pero ahora con el agravante de que ya perdieron sus tierras.

Este fideicomiso ya está prácticamente en proceso de extinción puesto que ya tiene muy pocos terrenos que vender, sin embargo, desde su origen federal, ha sido administrado de manera ineficiente y poco transparente, pero es el origen de los terrenos donde se localiza lo que ahora el virrey ha denominado como “Riviera Nayarit”.

Pues bien, amable lector, como ya es sabido por todos esa denominación fué de manera dolosa registrada como marca comercial ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial por una Asociación Civil de carácter particular o privado, la “Oficina de Visitantes y Convenciones de Vallarta, Nayarit A.C.”, integrada en el año 2003 por los inversionistas y empresarios hoteleros extranjeros más importantes de Bahía de Banderas (Nuevo Vallarta) quienes en su carácter de propietarios de esa marca, tienen derecho a percibir ingresos por regalías derivadas del uso de la misma, lo cual es un acto netamente de naturaleza mercantil, que no le es posible realizar de acuerdo con la Ley de la Materia (Ley del Impuesto Sobre la Renta) a una persona moral sin fines de lucro o no contribuyente.

De entrada, esta Oficina de Visitantes y Convenciones está fuera de la Ley y al mismo tiempo debe ser gravada por Impuesto Sobre la Renta, IVA y desde luego IETU, los cuales estamos casi seguros de que no está pagando, sin embargo, sus ingresos, oficialmente hablando son los que corresponden a la recaudación del impuesto del 2 por ciento sobre los ingresos que corresponden a la ocupación hotelera del estado y que desde 2007 aumentó en un 50 por ciento nuestro virrey para llegar al 3 por ciento, generándose actualmente por este concepto aproximadamente 60 millones anuales en promedio, que se manejan al arbitrio de los grandes hoteleros desde ese mismo año, que es en el que coincidentemente se registro esa marca.

Lo anterior, es sólo para abrir boca, pues además, también se han realizado aportaciones directas del gobierno del estado para cubrir todos los eventos de carácter nacional e internacional que se realizan en la zona de Nuevo Vallarta, tales como la reciente Convención de Veleros y Regatas, las visitas a ese lugar de las Vaqueritas de Dallas, mismos que se pagan con recursos del presupuesto del estado, así como otras millonadas que se gastan en la promoción de esa marca, entre las que se encuentran las visitas de funcionarios y empleados de televisa con motivo del IV Informe de Gobierno, la donación de 20 millones de pesos al equipo de fut bol Tecos de la Autónoma de Guadalajara, propiedad de la familia Leaño, de millonarios de Guadalajara, los faraónicos viajes a España y a Londres con toda la corte incluyendo docenas de diputados empleados, payasos y juglares, todo ésto con un costo de cientos de millones de pesos que para el 99 por ciento de los Nayaritas no significa ninguna mejoría en sus niveles de vida, ni generación de nuevos empleos, esta función corresponde primordialmente a los empresarios hoteleros, quienes en realidad son los beneficiados con ese derroche de los recursos públicos que de manera arbitraria y sin fiscalización ni control realiza el cacique que nos gobierna, apoyado en la abyección de la mayoría de los diputados del Congreso Local y la ineficiencia y el sometimiento del Órgano de Fiscalización Superior.

Resulta necesario que las autoridades federales, particularmente el SAT, practique una Auditoría a fondo a la empresa mercantil disfrazada de Asociación Civil que es propietaria de la marca comercial “Riviera Nayarit”, que es la Oficina de Visitantes y Convenciones de Vallarta, Nayarit, A.C., en virtud de que la explotación de una Marca Comercial es una actividad estrictamente mercantil que sólo puede llevar a cabo una empresa o sociedad comercial, y no una asociación civil, porque además la actividad de explotación de marcas comerciales y la consecuente obtención de regalías, no son actividades contenidas en los objetivos de la oficina de marras, ni tampoco pueden serlo por disposición expresa de la Ley del Impuesto Sobre la Renta.

Aquí puede existir muy probablemente un doble fraude de grandes proporciones, tanto al fisco federal por la falta de pago de ISR, IETU e IVA, como a las finanzas del estado, al estarse traspasando a una empresa privada recursos públicos provenientes de nuestros impuestos, cuando las actividades de promoción turística deben realizarse de manera específica a través del Fideicomiso de Promoción Turística del Gobierno del Estado, creado para tal efecto, y que al parecer desapareció para traspasar sus funciones sin ningún fundamento legal o justificación a la multicitada “Oficina de Visitantes y Convenciones de Vallarta, Nayarit, A.C.”, lo cual sin duda constituye una seria irregularidad con la responsabilidad del virrey, del encargado de las finanzas y del presidente del Congreso del Estado.

Estimamos que fácilmente se han destinado en este gobierno más de mil millones de pesos del presupuesto estatal exclusivamente a gastos de promoción de la Riviera Nayarit, pero debido a la opacidad en el manejo de las cuentas públicas nunca se podrá saber debido a la subordinación al virrey de los diputados, que, como ya dijimos, impide todo control y fiscalización de los recursos estatales, es decir, el gobierno estatal disfruta de total impunidad.

¿Usted qué opina amable lector?

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