No son del todo
inesperadas las declaraciones del amigo
Lic. J. Trinidad Espinosa, Secretario General de Gobierno del Estado, aunque
más bien le corresponderían al amigo Gerardo Siller como Secretario de
Finanzas, sin embargo el fondo es lo que importa, y el amigo Espinosa afirma
con cierta razón que se necesitan por lo menos 6 mil millones de pesos para
ordenar las finanzas estatales, nosotros creemos que ese sólo préstamo no será
suficiente si no se acompaña de OTRAS MEDIDAS DE VERDADERA AUSTERIDAD, como las
que ya hemos comentado en columnas anteriores, es decir medidas de fondo, no
las medidas cosméticas como controlar
celulares, gasolina, eventos sociales,
viajes, sino verdaderos recortes presupuestales derivados de medidas radicales,
como por ejemplo, desaparecer dependencias inútiles e innecesarias, liquidar a
los más de 1500 basificados de la ola roja sin derechos de antigüedad,
disminuír los sueldos de los políticos y funcionarios de los tres poderes del
estado y de los dos niveles del
gobierno, Estatal, y Municipal, las demás son sólo mejoralitos que no
contribuyen en realidad a un ahorro presupuestal que permita hacer obras de
infraestructura, mejorar los hospitales y servicios médicos, la educación,
apoyar al campo para que sea productivo y autosuficiente, etc; para lograr ésto
se necesitan verdaderas medidas de austeridad como las que ya hemos propuesto
en varias columnas anteriores, las demás son sólo paliativos para un enfermo
terminal.
Pero volviendo al tema de la
deuda, el gobernador Roberto Sandoval ha declarado que el autócrata dejó más de 7 mil millones de deudas, aunque al parecer, nadie sabe con precisión
el monto que se debe a bancos,
proveedores, contratistas, UAN, Fondo de Ahorro, etc.
Lo que sí se sabe es que por
lo menos se deben 5094 millones registrados ante la Secretaría de Hacienda y
Crédito Público, a diversas instituciones de crédito, sin contar con los
posibles préstamos a plazo máximo de seis meses, más sus respectivos intereses,
que el sátrapa Ney M. González y sus caballerangos en las anteriores
legislaturas Manuel Narváez y Efrén Velásquez,
contra todo concepto financiero, contable y legal, junto con los
fideicomisos, decidieron que no se consideraban como deuda pública, es decir
los cuasianalfabetas legisladores, por ordenes de su jefe el autócrata,
modificaron la Ley de la Deuda Pública Estatal en 2007 para quitarle el tope de
endeudamiento y señalar que los préstamos a plazo máximo de 6 meses no
calificaban como deuda, así nomas por sus pistolas, de tal suerte que con base
en esa nueva ley se pudo atentar criminalmente contra el pueblo de Nayarit y la
oposición pigmea nunca jamás protestó a pesar de que y la conducta tanto del ex
–gobernador como de sus empleados los diputados nos llevó al abismo en que
estamos, igual que hizo Humberto Moreira en Coahuila.
Sin embargo, la nueva deuda
que se pretende contraer por otros 6 mil millones, serviría para pagar lo que
se debe a la banca oficial y privada y dejar solamente el nuevo adeudo con un
plazo mayor y con amortizaciones de capital menores, o incluso con un plazo de
gracia de algunos años en que sólo se pagarían intereses; todo esto puede ser
bueno, siempre y cuando se pudieran negociar tasas de interés menores a las
actuales que andan por el 6.8 por ciento
de interés anual en promedio. Algo similar harán los municipios más
endeudados, como Bahía de Banderas y Tepic.
Lo anterior, aunque es
necesario, resultará muy difícil, porque el pésimo manejo financiero del
autócrata, ocasionó que las empresas calificadoras de crédito le bajaron a
Nayarit su calificación crediticia, con lo cual, es probable que la nueva tasa
de interés para efectos de la restructuración (o crédito nuevo) por los 6 mil
millones resulte más elevada que la tasa promedio que actualmente se aplica al
adeudo existente heredado por el SEXENIO DE LA MUERTE que antes mencionamos.
Los negociadores del
gobierno deberán ser muy sagaces e inteligentes al realizar esta
reestructuración y hacerla de cara al pueblo con toda transparencia, para
evitar la suspicacia y desconfianza que el autócrata Ney dejó sembrada en todos
los nayaritas que lo recordaremos con mucho cariño cada vez que paguemos las
tenencias, impuesto sobre nóminas, honorarios, etc.
Así pues, podemos decir que
los 6 mil millones de pesos para reestructurar la deuda se pueden justificar a
la luz de una buena y necesaria negociación que le permita al gobierno cierta
capacidad de maniobra en las finanzas, sin embargo, esta reestructuración
deberá estar acompañada de MEDIDAS SERIAS DE AUSTERIDAD, como las que ya hemos
mencionado, además, el pueblo vería con mucho agrado, que previo juicio penal a Ney por fraude, se
le obligara a devolver lo que se llevó,
que sin duda fueron cientos o miles de millones de pesos que comprometieron al desarrollo futuro de
nuestro estado, sin contar la violencia y el caos en que dejó la administración
estatal, aunque esto último sabemos que en México y Nayarit es una simple fantasía.
¿Usted qué opina, amable
lector?
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