LA INDOLENCIA DEL GOBIERNO ESTATAL Y LOS ERRORES DE FELIPE CALDERON


En nuestro estado y en nuestro país es muy común  que todos los niveles de gobierno, Federal, Estatal y Municipal, cometan errores y arbitrariedades que le cuestan siempre al pueblo en términos económicos, políticos y sociales, sin ninguna consecuencia o castigo para los gobernantes.
Hoy nos referiremos de nueva cuenta a la demanda de juicio político contra el gobernador más ladrón que ha tenido Nayarit en toda su historia; Ney M. González, que presentó hace aproximadamente   un mes  el diputado Leopoldo Domínguez González, que  muy probablemente será desechada por el congreso local integrado mayoritariamente por diputados tricolores y además amigos, ex-empleados o cómplices del ex-gobernador, lo cual le garantiza a éste    la impunidad a pesar de las pruebas de sus desvíos y trapacerías, pues cuenta además con la complicidad del Auditor General del Órgano de Fiscalización, quien  también le debe el puesto al perverso ex-virrey .
Tristemente parece ser que al nuevo gobierno, por razones de partido, tampoco le importa que el corrupto sujeto demandado reciba ningún castigo por el saqueo de las finanzas estatales que dejó con una deuda de casi 7 mil millones de pesos que deberemos pagar todos durante casi 30 años.
Nos asombra que a pesar de que este personaje dejó los Fondos de Pensiones del Magisterio y la Burocracia con un déficit de cerca de 500 millones que pone en peligro las pensiones y jubilaciones de miles de maestros y trabajadores de la sección 49 del SNTE y del SUTSEM, las autoridades estatales   guarden un silencio sepulcral y no levanten un dedo para hacer una investigación formal del destino de esos cientos de  millones que dejó de aportar o desvió sin ninguna explicación la administración anterior, y que son la única garantía de una vida digna para los maestros y trabajadores jubilados y próximos a hacerlo.
Al respecto, vale la pena comentar que el juicio político en realidad no significa peligro alguno para el perverso ex-gobernador, pues si se diera el milagro de que los diputados tricolores cumplieran su deber frente al pueblo  y lo declaran culpable; pues el artículo 124  de la Constitución Política del Estado de Nayarit  establece claramente en su párrafo tercero: “LAS SANCIONES CONSISTIRÁN EN LA DESTITUCION DEL SERVIDOR PUBLICO Y EN SU INHABILITACION PARA DESEMPEÑAR FUNCIONES, EMPLEOS, CARGOS O COMISIONES DE CUALQUIER NATURALEZA EN EL SERVICIO PUBLICO”.
Como podrás ver amable y sufrido lector, este castigo, si se diera, sólo le causaría al  demandado un ataque, pero de risa, pero ni ésto quieren hacer sus paniaguados diputados  tricolores.
Lo que deberá hacerse con posterioridad serán demandas penales por los delitos que se tipifiquen, aunque lo más probable es que dada la indiferencia y pasividad de las autoridades, tampoco procedan.
Pasando a otro tema, que ya es cosa juzgada, la elección presidencial, vale la pena comentar que tanto el presidente Felipe Calderón como el presidente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Alejandro Luna Ramos han cometido graves faltas a la ética y de  sensibilidad política, por parte del primero, al reconocer como ganador a Peña Nieto el mismo día de las elecciones, sin tener aún los resultados oficiales, y también al reunirse con éste para ponerse de acuerdo en la transmisión del Poder Ejecutivo antes de que termine el proceso electoral con la validación que deberá hacer el Tribunal Federal Electoral TEPJF hasta el día 6 de septiembre.
Por su parte, el Lic. Alejandro Luna, Presidente del Tribunal Electoral, de manera por demás precipitada declaró a los dos días de las elecciones que  “lo que no se ganó en las urnas no se ganará en la mesa,” y después calificó como “propaganda válida” las tarjetas de prepago, que precisamente se exhibieron como pruebas de un presunto fraude en los pasados comicios , con  estas declaraciones  verbales, por demás irresponsables, está adelantando resoluciones que debe, como magistrado o juez, reservar para una sentencia o veredicto definitivo y fundamentado conforme a derecho, después de que todo el cuerpo colegiado (TRIFE) haya realizado una revisión exhaustiva.
Es evidente que el presidente y la cúpula panista estaban de acuerdo con el triunfo de Peña Nieto, aún desde antes del día de las elecciones, sin embargo no tenían autoridad moral para declararlo de esa manera, pues el candidato y virtual presidente electo, sólo ganó con un 38 por ciento de los votos emitidos (19.2 millones) que sólo equivalen al 24 por ciento del total de ciudadanos que componen el padrón electoral de 79.2 millones.
También podrá desprenderse de todo esto que es indispensable una reforma a la Constitución General de la República, para establecer que si ninguno de los candidatos a la presidencia alcanza la votación de por lo menos el 50 por ciento más un voto, la elección se irá a una segunda vuelta, como ya ocurre en varios países democráticos de Europa y Sudamérica.
También pensamos, con base en los resultados electorales, que al PRI solo podrán quitarle la presidencia (y también gubernaturas) si el PAN y el PRD  tienen la capacidad y la inteligencia para aliarse y hacer un gobierno de coalición, de lo contrario, mejor que se hagan el ánimo a vivir parasitariamente  de las prerrogativas y las migajas o lacras plurinominales por los próximos cien años por lo menos.
  ¿Usted qué opina amable lector?

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