Al parecer,
las finanzas estatales siguen en caída libre, con una deuda de capital e
intereses crecientes, a pesar de las alegres y huecas declaraciones oficiales
de una mejor situación financiera y una inexistente reingeniería, que en la
realidad virtual habla de buenos resultados financieros, cada vez más lejanos
de la realidad.
Abundando
un poco en el magnífico análisis publicado el jueves 23 de agosto en este
prestigiado diario “Realidades” por el amigo Jorge Aguayo, es claro que, según
cifras de la Secretaria de Hacienda y Crédito Público, en el pasado trimestre
de enero a marzo el monto de la deuda pública registrada ante la SHCP disminuyó
en 283 millones para quedar en 5,251 millones de pesos, (al 31 de diciembre de
2011 era de 5,534 millones), ésto se debió probablemente al pago de alguna o
varias amortizaciones vencidas, no a “UNA BUENA ADMINISTRACION FINANCIERA”.
Lamentablemente,
más pronto cae un hablador que un cojo, y así tenemos que al 30 de junio
resulta que la deuda pública registrada (ante la SHCP) aumentó a 5,900.8
millones de pesos, es decir 649.2 millones de pesos, que representan un
incremento de más del 12 por ciento en sólo tres meses.
Aquí caben
varios planteamientos; ¿En qué se invirtió ese monto adicional?, ¿Qué pasó con
la cacareada restructuración financiera?, ¿Por qué no se ha hecho?
También
invitan a la reflexión varias situaciones que mencionamos a continuación.
Las finanzas estatales se siguen deteriorando,
pues los principales indicadores de la deuda pública estatal que dá a conocer
la SHCP lo demuestran muy claramente.
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El indicador DEUDA SOBRE PARTICIPACIONES
FEDERALES es de 112 por ciento, es decir debemos más de lo que la federación
nos entregará en todo el año (sin contar intereses), somos con base en este
indicador, el cuarto estado más endeudado del país, sólo debajo de Coahuila,
Nuevo León y Quintana Roo, siendo el promedio nacional de 80 por ciento.
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El indicador DEUDA SOBRE EL PIB (Producto
Interno Bruto) es de 4.2 por ciento, el tercero más elevado del país, sólo
debajo de Quintana Roo y Sonora.
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En el indicador TASA DE INTERES
PROMEDIO PONDERADA anual, también vamos retrocediendo, en diciembre del 2011
era del 6.8 anual, a junio del 2012, quizás gracias a la etérea ingeniería
financiera subió al 7.1 por ciento
anual, es decir aumentó tres décimas de punto, lo cual en pesos significa
millones más de intereses a pagar, en este indicador también somos el quinto
estado con la tasa de interés anual más alta, sólo superado por Quintana Roo,
Sonora, Veracruz y Colima, cabe mencionar que la tasa promedio nacional a junio
del 2012 es del 6.3 por ciento, lo cual nos coloca también muy arriba.
Es
pertinente mencionar también que a nivel nacional, Nayarit aporta el 0.7 por
ciento del Producto Interno Bruto (PIB), sin
embargo representa el 1.5 por ciento de la deuda estatal total a nivel nacional
que es de 404,409 millones de pesos, lo cual también resulta desproporcionado.
Creemos sinceramente que la administración
financiera está bastante mal también en el nuevo gobierno, tenemos la
percepción de que tanto el amigo Gerardo Siller como el Sr. Gobernador Roberto
Sandoval carecen de asesoría capaz y confiable, porque los indicadores
anteriores no apuntan ninguna mejoría en comparación con el anterior SEXENIO DE
LA MUERTE. Debería prestársele más atención al manejo de las finanzas públicas
estatales, pues para hacer más dramática la situación hay que decir que la
deuda al 30 de junio por importe de 5900.8 millones no incluye los préstamos a
corto plazo (máximo de 6 meses), y que al 19 de septiembre eran de 614 millones
de pesos, de tal manera que al 30 de junio no sólo se debe a los bancos lo que
dice la SHCP, sino 6,514.8 millones de pesos, que a la tasa promedio ponderada
del 7.1 por ciento anual causarán interés a razón de 462 millones al año.
Considerando el monto total adeudado a los bancos de
6,514.8 millones, resulta que la deuda bancaria estatal aumenta al 4.6 por
ciento del PIB y al 124 por ciento de las participaciones Federales, y si a
esto le sumamos los pasivos o deudos no bancarios, la deuda total podría andar
alrededor de los 8 mil millones de pesos.
Todo lo anterior nos lleva a la conclusión de que es
urgente e indispensable que el gobierno actual implemente un verdadero programa
de austeridad, que incluya una Ley de Salarios Máximos, con reducciones de las
percepciones de los funcionarios estatales de los tres poderes del estado y
municipios entre un 40 y 50 por ciento, la desaparición de varias dependencias
innecesarias, así como definir claramente los términos y condiciones de la
restructuración financiera.
Por el bien del gobierno y de la imagen política de
Roberto Sandoval, deben transparentarse los procesos de restructuración, para
que EL PUEBLO SEPA CON CERTEZA cuánto es lo que en realidad se debe, cómo se
pagará, a qué plazo y con qué tasas de interés; es decir, hablarle con la
verdad a los ciudadanos que pagamos los impuestos, que quien dé la información
financiera sea el responsable de las finanzas, no el amigo Pepe Espinosa,
porque no es su función.
La única forma de salir de la crisis financiera es
que Peña Nieto autorice recursos
extraordinarios para el 2013.
Ojalá que Don Roberto Sandoval, por el bien de su
administración, ya deje cumplir a
cabalidad sus funciones a Gerardo Siller y a Vicente Romero, que son de los
pocos secretarios capaces que tiene en su gabinete, junto con Pepe Espinoza y
el Lic. Edgar Veytia.
¿USTED QUE
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