La ética
política, es decir, los principios y fundamentos que deben regir la conducta
pública de los gobernantes y de los funcionarios, no siempre son vigentes en un
país como México, donde todavía el interés de partido, grupo o mafia que son
casi lo mismo, está muy por encima de los intereses superiores de la nación,
esa falta de visión de estado de nuestros políticos y funcionarios tanto a
nivel estatal como federal, hace que exista permanentemente un divorcio entre
el gobierno y el pueblo que dicen representar, lo cual genera una brecha cada
vez mayor entre gobernantes y gobernados.
El
principal problema de un país con incipiente democracia como el nuestro, es que
los políticos al llegar al poder siguen con prácticas facciosas y excluyentes, no toman plena conciencia de
que sólo son representantes, o mejor aún, empleados o mandatarios al servicio
de la sociedad y no al revés, como piensa la gran mayoría de los políticos, no
son capaces de entender que las campañas partidistas ya terminaron, y que ahora
son servidores de todos los ciudadanos sin distinción.
Es
necesario que desde el presidente de la república, pasando por los gobernadores
estatales, presidentes municipales, legisladores, regidores, etc, tengan bien
claro que no llegaron al puesto de elección popular o a cualquier posición de
responsabilidad dentro de la administración del gobierno en cualquiera de sus
niveles para favorecer a sus correligionarios amigos o camarilla que los llevó
al poder, ni tampoco para medrar del
presupuesto y enriquecerse a costilla de los impuestos y contribuciones que
pagamos sin chistar todos los ciudadanos, los ricos y los jodidos.
El estado
moderno y democrático tiene como pilar básico de su funcionamiento el de la
universalidad y generalidad de sus gobiernos, y es la forma de ejercer el poder
delegado a los gobernantes o mandatarios
a través de un proceso electoral debidamente aprobado y legitimado por
las instancias legales correspondientes del país en sus tres niveles de gobierno,
Federal, Estatal y Municipal, es decir, un gobierno para todos.
Los
políticos y funcionarios protestan siempre al inicio de su gestión “CUMPLIR Y
HACER CUMPLIR LA CONSTITUCION GENERAL DE LA REPUBLICA, (Y LA DE LOS ESTADOS) Y
LAS LEYES QUE ELLAS EMANAN”
A partir de
esa protesta ACEPTAN EL COMPROMISO DE GOBERNAR Y SERVIR A TODO EL PUEBLO, sin
distinción de partidos, ideologías o credos.
Lo anterior
es muy claro en su concepto, aunque su aplicación no sea siempre lo más común,
pues el ego de los gobernantes hace que casi siempre sus compromisos personales
o partidistas estén por encima del interés general.
Lo anterior
viene a colación, porque a veces, como podría ser el caso de nuestro
gobernador, puede sucumbir a la
tentación del poder absoluto, tal vez motivado por colaboradores o asesores
demasiado ambiciosos y con escaso conocimiento, experiencia y sensibilidad
política, que lo quieran llevar, como al ladrón ex gobernador Ney M. González, a ejercer un poder total y
autocrático en el estado, a base de mentiras y demagogia.
Consideramos
que estuvo mal aconsejado al afirmar que las plazas de maestros serían
entregadas sólo a los profesores afiliados al partido tricolor y por medio del líder del PRI estatal, un
profesor de apellido Ríos, que ni siquiera es nayarita.
Esta
declaración, independientemente de su tensa relación con la dirigencia de la
sección XX del SNTE, no fué muy
afortunada, pues existen mecanismos y acuerdos formales para la entrega de las
plazas, sin necesidad de fricciones con un organismo sindical, que tiene su
propia estructura y normatividad interna.
El ámbito
de competencia del sindicato y de la autoridad son muy claros, la vida interna
del sindicato y la defensa de los derechos laborales compete al propio
organismo gremial, y la parte de la administración del personal, el
otorgamiento de plazas y la normatividad de la institución educativa SEPEN en
las escuelas, es facultad del gobierno.
Lo malo de
ésto es el mensaje que dió el Sr.
Gobernador hace varios días, en el sentido de que las plazas se entregarán
solamente a los maestros tricolores y a traves de una persona (el Prof.
Ríos)que no es ninguna autoridad educativa, sino representante de un partido
político, de tal suerte que si un maestro quiere una plaza en el gobierno,
TIENE QUE SER PRIISTA, lo cual es una aberración, y además puede ser un delito,
pues la Constitución General de la República en su artículo 123 prohíbe la
afiliación colectiva a ningún partido político, es decir no puede afiliarse de
manera grupal un sindicato a un partido político, la afiliación debe ser un
acto personal e individual de cada ciudadano, no puede hacerse bajo presión.
El Sr.
Gobernador puede sin duda querer a su partido, pero su puesto se lo debe a todo
el pueblo, y su compromiso constitucional como gobernante es VELAR POR EL
BENEFICIO DE TODOS LOS NAYARITAS, no queremos un gobernador sólo para los
priístas, que resultaría por demás minoritario y sectario, queremos un
gobernador para todos, priístas, y no
priistas, siendo estos últimos arrolladora mayoría.
También hay
que señalar que los gobernantes no ejercen sus funciones solamente de lunes a
viernes, como lo insinuó el amigo Pepe Espinoza, sino 24 horas 7 días a la
semana, asímismo, hay que recordar que tanto la sección XX del SNTE como el
SUTSEM, son las estructuras político-laborales más fuertes en el estado, por lo
que el acuerdo y la negociación deberán ser siempre el mejor camino para
tener gobernabilidad y desarrollo.
Ojalá que
el gobernador escuche otras voces imparciales y diferentes a sus empleados y
asesores que sólo desean quedar bien endulzándole el oído, diciéndole lo que
quiere oír, y ocultándole a veces lo que en realidad está ocurriendo. Todavía es tiempo para
Roberto Sandoval de hacer bien las cosas
y ganarse la confianza y reconocimiento de la sociedad, no de la corte de
aduladores.
¿Usted qué opina amable lector?