Con mucha insistencia se ha estado manejando en los medios de comunicación, en las cúpulas estatales del PRD, por el diputado Acosta Naranjo y su gente más cercana, que habrá un debate entre la diputada Martha Elena García y el propio, diputado Naranjo el próximo día 28 de marzo; sin embargo hasta la fecha no existen reglas claras, ni temas, ni tiempos, ni moderador definidos, lo cual hace que este debate sea con los dados muy cargados a favor del amigo Naranjo por las cúpula de su partido, el PRD.
Nosotros pensamos que no debe haber debate entre aliados, sino solamente entre adversarios, sí deben existir propuestas de cada aspirante, pero no una confrontación televisiva o radiofónica, pues esto podría polarizar a los partidarios de cada uno, y al final de cuentas, lo importante es marchar unidos, con la candidatura para quien tenga más simpatías y presencia social entre el electorado, y ésta claramente la tiene Martha Elena más que cualquier aspirante de oposición, incluyendo al diputado Naranjo.No creemos pues, que legal o moralmente pueda obligarse a Martha Elena a debatir con su compañero Naranjo, pues además el debate en cuestión no daría más votos a la alianza, más bien favorecería a los tricolores, al generar una división mayor de opiniones de la alianza PAN-PRD, que sería capitalizada por el PRI, lo cual debe evitarse.
Si el amigo Naranjo insiste con todo derecho en ser candidato; la mejor forma, más objetiva e imparcial, aunque tampoco es exacta, sería una o varias encuestas por empresas de prestigio nacional.
Tanto Martha Elena como el amigo Naranjo pueden seguir con sus actividades proselitistas por todo el estado, pero no es conveniente el enfrentamiento en un debate, puesto que la gente desde hace años apoya a Martha Elena, por su humanismo, sencillez, don de gentes, y por su entrega a los más necesitados (mujeres, ancianos y niños), no por su capacidad como tribuna.
La preparación académica y los conocimientos políticos no son determinantes para un buen gobernante, como prueba tenemos al actual cacique, con grado académico y larga experiencia política, pero que ha sumido al estado en el atraso económico, el desempleo, el despilfarro, el enorme endeudamiento, pero sobre todo, en la inseguridad galopante, al grado que nuestra entidad y nuestra capital son de las más violentas del mundo.
Lo que Nayarit necesita es un gobernador o gobernadora honesto, trabajador, entregado al pueblo, no a hacer negocios particulares ni a enriquecerse ofensivamente, que atienda y resuelva los graves problemas del estado en materia de salud, educación, desarrollo, empleo y seguridad; es decir, un gobernante que no sea un político profesional ni de partido, puesto que como bien dice el amigo historiador Don Enrique De Aguinaga Cortés, “Nayarit nunca ha tenido un buen gobernante”, sin embargo, jamás había tenido uno tan malo y nefasto como el actual, que se ha convertido en el único poder en el estado, ejerciendo en los hechos tanto el Ejecutivo, como el Legislativo y el Judicial.
Esto es lo que nos importa a los Nayaritas, no queremos a un superdotado o un genio, queremos una persona sencilla, que trabaje con entusiasmo y cariño por todos los ciudadanos sin distinción de partido o posición social, con un gobierno plural integrado por hombres y mujeres capaces y honestas, es decir, todo lo contrario al actual.
Por eso, Martha Elena resulta más atractiva como candidata, por ser ciudadana sin partido, con el único compromiso de trabajar para mejorar las condiciones de vida de TODOS LOS NAYARITAS, con y sin partido, sin filias ni fobias, a diferencia de los demás aspirantes, que haría un gobierno plural y con mayor participación ciudadana.
Martha Elena y Naranjo deben llegar a acuerdos sin confrontación y pronto, no poner en riesgo la alianza y dividir a la oposición, esto sólo beneficia a los tricolores, el amigo Naranjo debe comprender que la mayoría de los votos los tiene Martha Elena, sin embargo, Naranjo es indispensable para asegurar el triunfo y deben ir unidos.
¿Usted qué opina, amable lector?
